El turf español se puso de nuevo en órbita internacional gracias a una yegua menuda, con un corazón enorme y un tremendo remate. Sucedió en Toulouse, y allí estuvo Turf-Cat para vibrar como nunca con la victoria de Casaca, la pensionista de la Cuadra África, que un año después volvió a la pista francesa para conquistar un título que no mereció perder en la última edición. Esta vez no se le escapó, y con una superioridad insultante, inteligentemente dirigida por Jérémy Crocquevieille, no encontró rivales cuando lanzó su poderoso ataque, logrando el Grupo III del Prix Fille de l’Air, el último triunfo de su vida, pues a partir de ahora pasará a la yeguada.

El triunfo de Casaca, que se pagó inexplicablemente 17 a 1, cuando era la participante de más valor y venía de ganar el Memorial, llegó en el momento que más lo necesitaban los aficionados españoles, preocupados por el rumbo que está tomando el turf español, sin apuestas externas y con una crisis económica galopante. Una dosis de optimismo que hay que agradecer a la fe que ha tenido con la yegua todo su equipo, desde su propietario, quien decidió el pasado año que continuase compitiendo una temporada más, a su preparador, Joanes Ososrio, que la llevó hasta Toulouse en una forma extraordinaria. El premio para todos ellos, además del gusto por tomarse la revancha un año después, la consecución de la primera carrera de grupo en su palmarés.

La jornada contó con una nutrida representación de caballos españoles. De entre todos ellos, destacar el cuarto puesto de Pearlside en el listed del Criterium de Languedoc, una carrera que bien podía haber ganado la potranca de Safsaf si el terreno no hubiese estado tan blando, porque calidad tiene la yegua. Y mucha.



Toulouse viste de gala su hipódromo de la Cépière cada mes de noviembre para disputar el mitin del Prix Fille de l'Air, una carrera Grupo III para yeguas de más de tres 3 años, que corona una jornada hípica de aupa: distancias para todos los gustos y pruebas para todas las edades, con la siempre asegurada representación de la escuadra española en alguna de las nueve carreras programadas.

Este año, como sucedió en otras ocasiones, con un doble objetivo: ganar el Listed de los dos años y el Grupo III de las yeguas. Para ello, Pearlside, de Saf-Saf, en la de potros y potrancas, y Clunia, de Felipe Hinojosa, y Casaca, de la cuadra África, en el Prix Fille de l'Air, intentarán amargarles la tarde a los franceses y recoger el testigo de Bottega, Diableside y Synergy, ganadores en años anteriores.

Casaca, la reciente ganadorra del Memorial Duque de Toledo, correrá en Toulouse por última vez en su vida. La yegua preparada por Joanes Osorio dispondrá de una segunda oportunidad para añadir a su gran historial una carrera de grupo, tras el tercer puesto del pasado año.

Por su parte, no habrá que quitarle el ojo a Clunia, ahora con Carlos Laffon, quien tras adjudicarse el Arco de Triunfo, seguro que tiene a la yegua bien fina.

Por último, la ganadora hace unas semanas en Madrid del Criterium Internacional, Pearlside, podrá medir su calidad ante los gallitos franceses de la generación. Ahí no es nada.

Turf-Cat estará presente para vivir una jornada inolvidable de carreras de caballos.

Una semana después de que en el hipódromo francés de Castera-Verdura fuese forfait Nova Flag, de la cuadra catalana Costa La Vall, en una carrera de Categoría E y 1.700 metros, nos llega la noticia desde Francia que el domingo 8 de julio a las 18.30 horas el ex Fusté Follow The Lead correrá un reclamar de 2.700 metros en el hipódromo de L'Isle Sur Sorgue, localidad del departamento de la Provenza Alpes Costa Azul, junto a la ciudad de Avignon.

En esta carrera, una prueba Categoría G en hierba con 8.000 euros en premios, el caballo ahora propiedad del jockey galo Frank Foresi, de 39 años, correrá por tercera vez desde que dejó la chaquetilla grana de Pep Fusté. Estas últimas actuaciones con sus nuevos colores se han saldado con un 5º y un 13º. Foresi será el jinete de Follow The Lead, que saldrá con un importe de partida de 4.000 euros para quien lo reclame y tendrá que batir a siete participantes.

Ascot, 19 de junio de 2012. Retengan esta fecha porque quizá estemos ante una de las ediciones con mejor plantel de figuras de los últimos años. El festival del Royal Ascot, el mitin de los sombreros y las pamelas, se convertirá durante cinco días, desde el martes 19 al sábado 23 de junio, en el epicentro del turf mundial. Con dos figuras portentosas: el británico Frankel, 10 carreras, 10 victorias, y la australiana Black Caviar, 21 carreras, 21 victorias. El purasangre entrenado por Henry Cecil abrirá el certamen en el Queen Anne Stakes (Grupo I), mientras la yegua australiana cerrará el mitin el sábado en el Diamond Jubilee Stakes (Grupo I). Por medio, un montón de carreras de grupo, listeds, handicaps y, como no, la gran Gold Cup, a celebrar el 21 de junio.

Todos conocen el Royal Ascot como la carrera de los sombreros y las pamelas. Pero están equivocados. El Royal Ascot como carrera no existe. Es el nombre que recibe el acontecimiento o mitin con un programa de 30 pruebas repartidas en cinco días (cinco por jornada). Unas más importantes que otras, con distancias de 1.000 a 4.000 metros, con handicaps que reúnen ¡hasta 32 caballos juntos!, y con cerca de tres millones de libras a repartirse, algo espectacular para los más de 300.000 asistentes que se citan en el hipódromo año tras año.
Cada día ladiess & gentleman acuden al verde de Ascot a presenciar el galope de los purasangres en una reunión que va mas de lo puramente deportivo. Los modelitos de las invitadas son lo más esperado del evento, que por exigencia del protocolo deben llevar sombrero y vestir un traje de día formal. La Familia Real británica también se suma al evento. Acude desde el castillo de Windsor al hipódromo —propiedad de la Corona inglesa pero de uso como recinto público desde que en 1813 el Parlamento inglés así lo decidiese—, en un coche de caballos rodeado por una espectacular comitiva de carrozas. Lo vienen haciendo desde 1825, y no hay edición que se dejen ver a los aficionados saludando desde su carruaje tirado por caballos, como hacen ahora la reina Isabel II y el príncipe de Edimburgo.

La cita más esperada
Si el desfile Real se remonta a 1825, la tradición más profunda del Royal Ascot hay que encontrarla en la Gold Cup. Esta carrera fue fundada en 1807 y es la más emblemática, antigua y sobre la que gira todo el mitin de Ascot. Llega el tercer día de competición y es una de las señas de identidad de los británicos, famosa en el mundo entero por el sorprendente desfile de sombreros. Llega a ser tan popular, que solo los buenos aficionados están más pendientes de los 4.000 metros que corren los stayers (caballos de fondo) de edad que de todo el colorido que invade el hipódromo.
Y es que la celebración de la Gold Cup coincide con el popular Ladies Day. Aunque se vean toda la semana sombreros y pamelas, lo del día de la Gold Cup no tiene punto de comparación.